Ya les había advertido que soy fanática de las sopas y lo están comprobando jeje
¿Por qué «Thai» se preguntarán (o no)? simplemente porque algunos de los ingredientes que elegí son usados comúnmente en la cocina de sudeste asiático. Lamentablemente hay muchos ingredientes de esta zona que no encontramos en el mercado, pero podemos acercarnos a algunos de ellos o conseguir similares.
En mi post de «bienvenidos» les comenté que por suerte he podido viajar bastante. Uno de los lugares que dejó su marca en mi como ningún otro país o región es el sudeste asiático (Tailandia, Indonesia, Camboya y Vietnam), no solo por los paisajes y la gente increíble sino más que nada por la comida. ¡¡LA COMIDA!!
No los voy a aburrir con los cuentos y anécdotas de mis viajes, nada más quiero decirles que nunca pude olvidar los sabores, aromas e ingredientes de esos platos impresionantes y que no era necesario buscar en el mejor restorán porque eran igual de buenos los que servían en los puestos callejeros para comer parada o a lo sumo sentada en una silla de jardín de plástico tamaño casa de muñecas.
Cada vez que puedo, intento reproducir esos sabores con los ingredientes que encuentro acá y esta sopa me acerca un poquito a esos recuerdos.
Esta sopa es suave suave, apenas dulce por la calabaza, tan cremosa que no parece hecha con agua, lleva leche de coco que le da el toque perfecto y algo de curry, lemongrass y jengibre para darle el gusto típico. El curry que yo usé es un curry Thai que por degracia no se consigue acá (o si están en un país que se consigue, buenísimo), pero les voy a mostrar qué curry pueden usar que se consigue fácilmente para suplantarlo (no es lo mismo, pero sirve).
En definitiva les dejo una receta que van a querer repetir y hacer varias veces por ser tan fácil de hacer y por su sabor increíble.
Receta (Rinde 4 porciones):
2 cucharadas aceite de oliva
1 kilo de calabaza (con cáscara)
2 puerros grandes o 5 cebollitas de verdeo (o 1 cebolla si no tienen nada de esto)
1 tallo de «lemon grass» (no hay siempre, pero por lo general lo pueden encontrar en el sector de hierbas en el super)
1 cucharadita de miel
200 ml leche de coco* + 1 cucharada para decorar el plato
1 litro de agua hirviendo
Sal y pimienta a gusto
1 cucharadita (llena) de curry
1 cucharadita de jengibre fresco rallado (si no encuentran, puede ser seco, pero intenten que sea fresco ya que hay en casi todos los supermercados y el gusto es muy diferente!)
Algunas hojitas de albahaca fresca para decorar
Quiten la cáscara a la calabaza y corten en cubitos. Corten el puerro (sin los tallos!) chiquito o en rodajitas finas.
Calienten el aceite en una olla grande y agreguen el puerro (o cebolla verdeo o cebolla común).
Salteen por unos minutos y luego agreguen la calabaza en cubitos. Salteen por unos minutos más.
Agreguen el agua hirviendo, sal y pimienta. Si consiguieron lemon grass, agreguen en este momento el tallo entero.
Dejen hervir por aprox. media hora. Retirar el tallo de lemon grass si es que utilizaron (muy importante ya que el tallo licuado con el resto de la sopa la haría incomible!).
Pasen esto a la licuadora (la calabaza más el líquido, que va a tener todos los sabores de la cocción) y agreguen la leche de coco, el jengibre rallado, el curry, la cucharadita de miel y licuen unos minutos. Cuánto más suave mejor. Si prefieren con mixer pueden hacerlo directamente dentro de la olla. Corrijan la sal y pimienta.
(El de la izquierda es el curry que usé yo que es un estilo Thai, el de la derecha es el que pueden conseguir en cualquier supermercado y es un poco más «indio», pero sirve perfecto para esta sopa y muchas cosas más)
Luego de licuar, pueden pasarla por un colador si la quieren aún más suave.
Servir en bowls hondos y ¿el secreto para decorarla como la foto? con una cucharita de café le van volcando de a poco la leche de coco que reservamos para decorar… puede ser en gotitas o un chorrito largo en espiral. No se necesita mucha manualidad, como les salga va a quedar lindo!
Sabían que…
* Pueden hacer leche de coco casera?
Calienten agua (sin hervir) y la ponen en una licuadora con 1 taza bien llena de coco rallado. Licuen un minuto y luego pasan por un colador y tiran el residuo del coco rallado. Les va a quedar un poco menos espesa que la leche de coco comprada, pero el gusto les va a quedar similar. En caso de emergencia, improvisen!