Hace unos cuantos años, cuando empecé a cocinar como profesión, estaba de moda la comida «complicada», para decirlo de alguna manera. Sabores complejos, ingredientes caros, horas y horas ideando bocaditos diferentes y más y más horas haciéndolos!
Pero por suerte las modas van cambiando y últimamente los gustos van a lo más clásico, a los sabores que conocemos, pero con un toque original. Eso es lo que intento hacer siempre, tanto en el blog como en mis eventos: sabores familiares pero con un sello personal.
¿Por qué les cuento esto? porque estos malfatti* tienen muy pocos ingredientes, todos ellos muy simples y clásicos y son tan pero tan ricos y livianos (tienen muy poca harina) que no van a poder dejar de comerlos (ni de hacerlos varias veces).
Ingredientes (para 4 porciones):
Para los malfatti:
400 grs de ricota (que no sea ni la ricota muy húmeda ni la seca que se desgrana, algo intermedio)
1 taza espinaca cocida y picada fina
1/2 cebolla picada chica
2 huevos
1/2 taza mozzarella rallada
1/2 taza parmesano rallado
1/2 taza de pan rallado o harina (o 1/2 taza de harina de arroz o 1/3 taza de maizena para dietas sin TACC)
Sal, Pimienta y Nuez Moscada a gusto
1/2 taza semolina (para armar los malfatti, pero si no tienen, pueden formarlos con la misma harina/pan rallado que hayan usado)
Para la Salsa:
350 grs. de salsa de tomate
1/2 cebolla
Sal y pimienta a gusto
1 pizca de azúcar (para sacar la acidez al tomate)
1 Puñado grande de Albahaca
Procedimiento:
Saltear la cebolla picada y agregarle la espinaca ya cocida y picada (yo compro, en el supermercado, una congelada que viene en «piedritas» que me encanta!)
Pasar esta preparación a un colador, presionar para que salga toda el agua y colocar dentro de un bowl grande (¡no laven el colador que lo van a usar nuevamente!). Este paso es muy importante ya que si les queda líquido en la mezcla, van a necesitar más y más harina, y no queremos eso.
Colocar la ricota en el colador y presionar suavemente para sacarle el líquido que pueda tener.
Colocar dentro del bowl junto con la espinaca. A esa preparación agregarle 2 huevos, la mozzarella, el pan rallado (o harina o maizena), sal, pimienta y nuez moscada (no sean tímidos a la hora de usar esta última ya que les aporta un toque perfecto). Mezclar hasta que estén todos los ingredientes unidos (no sobre mezclar).
Tapar con film haciendo contacto y llevar a la heladera mientras hacemos la salsa.
Cortar la cebolla chiquita y saltear en 1 chorrito de aceite (del que prefieran).
Agregar la salsa de tomate, sal, pimienta, pizca de azúcar y cocinar unos 15 – 20 minutos a fuego bajo para que se reduzca y se concentren los sabores. Agregar la albahaca y corregir sabores. Apagar el fuego.
Colocar esta salsa en una pyrex o fuente chica que pueda ir al horno.
Poner agua a calentar con un poco de sal hasta que hierva.
Espolvorear una tabla con semolina (o pan rallado o harina o maizena). Retirar de la heladera y con las manos formar bolitas de aprox. 2 cm de diámetro (1 cucharadita de té).
La mezcla tiene que tener una consistencia bastante firme y las bolitas deben quedar bien formadas (si la mezcla está muy blanda, agregar un poco más de harina pero no pasarse porque la idea es que sean livianos!).
Precalentar el horno a 170-180°C.
Con mucho cuidado introducir los malfatti en el agua hirviendo (de a tandas para que no se amontonen), cocinar apenas 1-2 minutos y retirar (con MÁS cuidado todavía). Es muy importante no dejarlos más tiempo hirviendo ya que se empiezan a deshacer así que no se distraigan con NADA.
Colocar dentro la la pyrex o fuente con la salsa.
Espolvorear con el queso parmesano y llevar al horno hasta que el queso se derrita y estén bien gratinados (unos 15 minutos).
Miren el resultado final: malfatti imposiblemente livianos, con la salsa de tomate tan sabrosa y todo ese queso gratinado… ¡sin duda irresistibles!
Sabían que…
*Malfatti en italiano significa «mal hechos» y son un tipo de gnocchi que no se amasa y quedan muy livianos y suaves ya que contienen muy poca harina.
MALFATTI DE RICOTA Y ESPINACA
